Entrevista a Mons. Dr. Joaquín Martínez Valls,
Rector de la UCSS(*)
¿Cómo ve a la UCSS en estos doce años de existencia?
Esto que empezó como una pequeña semilla, como diría el Evangelio, ha crecido como algo gigantesco y, hoy en día, creo que todos los que hemos colaborado de una manera u otra en la marcha de la UCSS podemos estar muy satisfechos y dar gracias a Dios por el esfuerzo de todos y por los resultados obtenidos.
¿Cómo asume la UCSS el reto en medio del contexto social, político y económico en el que se encuentra?
Lo más importante es que se asuma con una calidad notable, la vocación, la enseñanza y todos los valores de la vida con los que la UCSS tiene un compromiso. Con esta premisa podemos esperar resultados estupendos y satisfactorios.
“… no podemos perder los orígenes ni las tradiciones, no podemos renunciar a la cultura que hemos recibido de nuestros ancestros y que tipifica el carácter y la idiosincrasia de un pueblo”.
¿Cuáles son estos valores?
Uno de los problemas más importantes, no solo del Perú, es la corrupción; es decir, la falta de sentido de responsabilidad. En este sentido, es importante destacar que la UCSS se preocupa por inculcar y promover en los alumnos el valor de la responsabilidad con el futuro, buscando siempre óptimos resultados en sus estudios y un compromiso serio con su desarrollo y en donde nadie se deje llevar por la corrupción, no solo en el aspecto económico. Corrupto también es aquel que en horas de trabajo realiza otras actividades ajenas y es aquel que otorga beneficios a personas por amistad, por interés y no por justicia. Esto hay que tenerlo en cuenta. El sentido de justicia, del deber, de responsabilidad, es quizá el valor más importante que hoy día, dado el contexto social de nuestra comunidad y de nuestro país, debemos resaltar.
Lo más importante es no dejarse arrastrar. Hemos de ir a contracorriente como aquellos peces que remontan a un rio y van a los lugares de origen, a las aguas cristalinas, y ahí se reproducen, crían y bajan hasta el mar a fortalecerse. Así nosotros no podemos perder los orígenes ni las tradiciones, no podemos renunciar a la cultura que hemos recibido de nuestros ancestros y que realmente tipifica el carácter y la idiosincrasia de un pueblo. Y el pueblo peruano es estupendo y maravilloso. No nos dejemos llevar, ni engañar por nada ni por nadie. Seamos nosotros, auténticos, responsables y, en el puesto que ocupemos, demos el resultado que espera la sociedad. Hemos venido y estamos en este mundo para servir a los demás, como decía la Madre Teresa de Calcuta: “aquel que no vive para servir, no sirve para vivir”.
¿Qué implica ser una universidad católica?
Hemos de ser consecuentes en todo sentido. Si es una universidad católica, debe ser católica en toda su expresión. Sino que no se llame católica. La universidad católica debe enseñar los principios y los valores de la iglesia: la honradez, el espíritu de servicio, la responsabilidad. Por todo ello, también hemos de asumir y aceptar las cosas buenas que podamos encontrar en la tecnología, en otras culturas, pero sin perder ni eliminar la nuestra.
Esta realidad es la que se está dando en Atalaya ¿no es así?
Hace unas semanas estuve en Atalaya, para la graduación de nuestra segunda promoción de profesores en Educación Bilingüe Intercultural, y he quedado realmente asombrado al ver los pueblos y comunidades de donde provienen nuestros alumnos, incluso de distintas lenguas.
En la ceremonia, hubo al menos cinco graduados que hablaron en sus respectivas lenguas y vestían sus trajes típicos. Fue un acto muy hermoso porque fueron 32 los que recibieron el diploma de graduados, acompañados de sus familiares. Incluso algunos vinieron con el acompañamiento de las autoridades. He vuelto realmente sorprendido y entusiasmado de haber estado allá y compartir esta experiencia nueva e inolvidable para ellos. Y, precisamente, en el discurso que pronuncié, insistí mucho en que mantuviesen su cultura, que fortaleciesen su cultura, que elevasen el nivel, en todos los aspectos, de sus respectivas comunidades. Y eso lo podrán hacer solo si se preparan intelectualmente, si se forman bien y, sobre todo, si después asumen la responsabilidad de los cargos que puedan ocupar o de las funciones que puedan asumir con sentido de responsabilidad y de servicio a los demás.
“… hemos de asumir y aceptar las cosas buenas que podamos encontrar en la tecnología, en otras culturas, pero sin perder ni eliminar la nuestra”.
La UCSS integra redes de universidades católicas a nivel mundial, como la ODUCAL y la FIUC, ¿qué puede decir a la comunidad respecto a esta pertenencia?
Lo que esta pertenencia permite es intercambiar experiencias y conocimientos. No todas las universidades pueden tener la perfección en todos los aspectos, en unas cosas sobresalen más que en otras. Por ello, es bueno reunirse de vez en cuando para afianzar nuestra postura y aprender o, por lo menos, ver las experiencias que se han llevado a cabo en otras universidades y, aquello que sea bueno y factible, hacerlo también en la nuestra. El intercambio de alumnos y profesionales es además un factor importante para la visión de mundo y la experiencia con otras realidades.
(*)Fuente. Publicación de revista Institucional de la UCSS. Año 5. Número 6.
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