El abogado de las Causas Justas
Huacho.- Escribe: Humbert Romero Verano.
La profesión del abogado está venida a menos en estos tiempos por obra y gracia de algunos malos profesionales del Derecho. Sin embargo, todavía hay profesionales que rescatar y dignificar en merito a su defensa con estricta observancia de las normas jurídicas y morales.
Huacho.- Escribe: Humbert Romero Verano.
La profesión del abogado está venida a menos en estos tiempos por obra y gracia de algunos malos profesionales del Derecho. Sin embargo, todavía hay profesionales que rescatar y dignificar en merito a su defensa con estricta observancia de las normas jurídicas y morales.
Uno de ellos es el Dr. Alberto Tuesta Zuta, otrora Presidente de la Corte Superior de Justicia de Huaura, ahora defensor de los más humildes y de las causas justas. Radica en Huacho con su familia y afirma que ama a esta tierra como si fuera suyo.
“El Abogado debe tener presente que es un servidor de la justicia y un colaborador de su administración; en ese sentido, no hago más que hacer honor a nuestro código de ética y trabajar en beneficio de la justicia”. Afirma el letrado.
Amor Por Huacho
Víctor Alberto Tuesta Zuta, abogado de profesión, llegó a ser presidente de la Corte Superior de Justicia de Huaura, reconocido docente universitario y ejemplar padre de familia. Nos cuenta que llegó a Huacho para trabajar por uno días, pero el amor pudo más y “me quedé a radicar en esta hermosa ciudad, la que me ha dado una familia maravillosa”
El Dr. Tuesta, como lo llaman sus amigos, Estudió primaria en El Corazón de Jesús en Lonya Chico y secundaria en el Colegio Nacional Mixto Lamu – Luya, sus estudios superiores los realizó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, culminando en el año 75.
“En el año 1974, antes de terminar la universidad, postulé a una vacante en el Ministerio de Trabajo, en ese entonces el fuero privativo de trabajo dependía administrativamente del Ministerio de Trabajo, ingresé a trabajar allí como notificador auxiliar en un despacho judicial de una secretaria; luego llegue a ser secretario y después inspector judicial de los fueros privativos de trabajo nacional. Posteriormente trabajé como asistente de la relatoría laboral y llegué a ser secretario de la presidencia del Tribunal de Trabajo y Comunidades Laborales, en ese entonces con jerarquía de Instancia Suprema. Renuncié para dedicarme a la docencia universitaria donde he sido profesor en las Universidad San Martín e Inca Garcilaso De La Garcilaso”.
Alberto Tuesta nos cuenta que fue invitado a seguir en la magistratura en la que terminó siendo nuevamente un actor del trabajo jurisdiccional de la Sala Laboral del Callao, pasando después como integrante de la Segunda Sala Penal y, por esas cosas de la vida que en paz descansa la Dra. Ana María Bronle Leyva la invita a ir a Huacho por solamente tres meses a fin de organizar la Corte Superior de Justicia de Huaura y luego retornar al Callao. Pero, “por esas cosas de la vida por suerte en este año estoy cumpliendo 19 años en Huacho con una mujer Huachana que he contraído mis ultimas nupcias y con dos hijas que las quiero al igual que a mis otros hijos mayores”.
Reconocimiento de la gente
“Es una satisfacción muy grande que algunas personas me miran todavía relacionando mis funciones de magistrado y sobre ello debo de resaltar que durante mi gestión nunca nadie hizo antesala o personas esperando para tratar de conversar con el señor presidente. yo trabajaba a puertas abiertas, hacia mi despacho jurisdiccional de 05 a 08 de la mañana, tomaba desayuno y a las 09 empezaba a atender a la gente, particularmente pensando en la gente de los pueblos altoandinos de Cajatambo, Oyón y otros, que viene sufriendo una serie de peripecias para tratar de conferenciar con el presidente de la Corte”.
Víctor Alberto Tuesta Zuta, abogado de profesión, llegó a ser presidente de la Corte Superior de Justicia de Huaura, reconocido docente universitario y ejemplar padre de familia. Nos cuenta que llegó a Huacho para trabajar por uno días, pero el amor pudo más y “me quedé a radicar en esta hermosa ciudad, la que me ha dado una familia maravillosa”
El Dr. Tuesta, como lo llaman sus amigos, Estudió primaria en El Corazón de Jesús en Lonya Chico y secundaria en el Colegio Nacional Mixto Lamu – Luya, sus estudios superiores los realizó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, culminando en el año 75.
“En el año 1974, antes de terminar la universidad, postulé a una vacante en el Ministerio de Trabajo, en ese entonces el fuero privativo de trabajo dependía administrativamente del Ministerio de Trabajo, ingresé a trabajar allí como notificador auxiliar en un despacho judicial de una secretaria; luego llegue a ser secretario y después inspector judicial de los fueros privativos de trabajo nacional. Posteriormente trabajé como asistente de la relatoría laboral y llegué a ser secretario de la presidencia del Tribunal de Trabajo y Comunidades Laborales, en ese entonces con jerarquía de Instancia Suprema. Renuncié para dedicarme a la docencia universitaria donde he sido profesor en las Universidad San Martín e Inca Garcilaso De La Garcilaso”.
Alberto Tuesta nos cuenta que fue invitado a seguir en la magistratura en la que terminó siendo nuevamente un actor del trabajo jurisdiccional de la Sala Laboral del Callao, pasando después como integrante de la Segunda Sala Penal y, por esas cosas de la vida que en paz descansa la Dra. Ana María Bronle Leyva la invita a ir a Huacho por solamente tres meses a fin de organizar la Corte Superior de Justicia de Huaura y luego retornar al Callao. Pero, “por esas cosas de la vida por suerte en este año estoy cumpliendo 19 años en Huacho con una mujer Huachana que he contraído mis ultimas nupcias y con dos hijas que las quiero al igual que a mis otros hijos mayores”.
Reconocimiento de la gente
“Es una satisfacción muy grande que algunas personas me miran todavía relacionando mis funciones de magistrado y sobre ello debo de resaltar que durante mi gestión nunca nadie hizo antesala o personas esperando para tratar de conversar con el señor presidente. yo trabajaba a puertas abiertas, hacia mi despacho jurisdiccional de 05 a 08 de la mañana, tomaba desayuno y a las 09 empezaba a atender a la gente, particularmente pensando en la gente de los pueblos altoandinos de Cajatambo, Oyón y otros, que viene sufriendo una serie de peripecias para tratar de conferenciar con el presidente de la Corte”.
Lleno de anécdotas
En mi época fue difícil ya que estamos hablando de la década del 60 en el que los provincianos en Lima eran más o menos el 15% máximo y el resto era limeño, ahora es al contrario.
Tuesta, en su época de estudiante y viviendo en Breña empezó a ganarse enemigos gratuitos, porque los jóvenes le decían “sambacanuta”. “Hasta que un día sufrí una agresión muy fuerte que me motivó a que me pusiera a practicar karate y gracias a esas adversidades de la vida llegué a ser cinturón marrón en karate, lo que me sirvió para poder defenderme hasta el día de hoy”.
“Yo era uno de los estudiantes misios, me recuerdo de José León Juárez que era uno de los muchachos con los que compartía la pensión, él era el de mayor recurso económico, ya que sus papas eran prósperos agricultores de Moquegua, entonces él siempre nos abastecía de dinero cuando nos faltaba. Una noche me prestó una chompa para ir a la universidad y esa noche hubo una manifestación estudiantil y me cae una bomba lacrimógena en la espalda y se quema la chompa. Imagínese la dificultad que pase”.
Cuenta que otras de las anécdotas que nunca olvida, “es cuando me iba a la universidad caminando desde Alfonso Ugarte hasta la ciudad universitaria; en el trayecto yo habría el libro y todo el mundo creía que yo lo hacia por chancón, pero no yo me iba caminando porque no tenia dinero para el pasaje”.
Ahora toda la gente reconoce su trabajo, lo aprecia y toma como ejemplo. Quién duda que es un fuerte candidato a ser EL ABOGADO DEL AÑO 2013.
En mi época fue difícil ya que estamos hablando de la década del 60 en el que los provincianos en Lima eran más o menos el 15% máximo y el resto era limeño, ahora es al contrario.
Tuesta, en su época de estudiante y viviendo en Breña empezó a ganarse enemigos gratuitos, porque los jóvenes le decían “sambacanuta”. “Hasta que un día sufrí una agresión muy fuerte que me motivó a que me pusiera a practicar karate y gracias a esas adversidades de la vida llegué a ser cinturón marrón en karate, lo que me sirvió para poder defenderme hasta el día de hoy”.
“Yo era uno de los estudiantes misios, me recuerdo de José León Juárez que era uno de los muchachos con los que compartía la pensión, él era el de mayor recurso económico, ya que sus papas eran prósperos agricultores de Moquegua, entonces él siempre nos abastecía de dinero cuando nos faltaba. Una noche me prestó una chompa para ir a la universidad y esa noche hubo una manifestación estudiantil y me cae una bomba lacrimógena en la espalda y se quema la chompa. Imagínese la dificultad que pase”.
Cuenta que otras de las anécdotas que nunca olvida, “es cuando me iba a la universidad caminando desde Alfonso Ugarte hasta la ciudad universitaria; en el trayecto yo habría el libro y todo el mundo creía que yo lo hacia por chancón, pero no yo me iba caminando porque no tenia dinero para el pasaje”.
Ahora toda la gente reconoce su trabajo, lo aprecia y toma como ejemplo. Quién duda que es un fuerte candidato a ser EL ABOGADO DEL AÑO 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario