“TODA LA VIDA ES SUEÑO,
Y LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON”. CALDERÓN DE LA BARCA
¿Qué es la vida? Un
frenesí.
¿Qué es la vida? Una
ilusión,
una sombra, una
ficción,
y el mayor bien es
pequeño:
que toda la vida es
sueño,
y los sueños, sueños
son.
Un día como hoy falleció uno de los más grandes de la
literatura universal. Pedro Calderón de la Barca es uno de los grandes
dramaturgos españoles del Siglo de Oro. Está considerado como el principal
sucesor de Félix Lope de Vega como representante del teatro barroco español; a
través de su obra plasmó su concepción del mundo y de la vida desde unas raíces
profundamente católicas.
Calderón de la Barca nació en Madrid el 17 de enero del año
1600 y falleció, en la misma ciudad, el 25 de mayo de 1681. Su educación fue
orientada para que ocupara una capellanía: cursó estudios de Humanidades, Leyes
y Teología en las universidades de Alcalá de Henares y Salamanca. La muerte de
su madre —en 1610— y el posterior fallecimiento de su padre —en 1615— lo
llevaron a apartarse por un tiempo de su carrera eclesiástica y a centrarse por
entero en la literatura.
Hacia 1623 aparecieron sus primeras obras dramáticas, y en
años sucesivos su fama fue aumentando hasta el punto de que pronto se convirtió
en el dramaturgo oficial de la corte. En 1637 fue investido caballero de la
Orden de Santiago e inició su carrera militar, que se redujo no obstante a la
participación en las campañas bélicas de Felipe IV en Cataluña. En 1642
abandonó la orden por motivos de salud y entró al servició del duque de Alba.
Años más tarde, en 1651, decidió por fin ordenarse
sacerdote, y aunque tuvo la intención de abandonar la confección de piezas
dramáticas, a instancias del rey siguió componiendo obras teatrales para
palacio, la mayoría comedias mitológicas y autos sacramentales. Más tarde se
trasladó a Toledo para ocupar el puesto de capellán en la capilla de los Reyes
Nuevos pero regresó pronto a Madrid a causa de sus problemas de salud, y donde
ocupó el cargo de capellán de honor del rey.
La extensa producción literaria de Calderón se compone de
unas 120 comedias, 80 autos sacramentales y cerca de 20 piezas de teatro menor.
No puede, sin embargo, hablarse propiamente de una sucesión de estilos, sino
más bien de una coexistencia de todos ellos.
PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
(Madrid, 17-I-1600 — 25-V-1681). Pedro Calderón de la Barca
y Barreda González de Henao Ruiz de Blasco y Riaño. Dramaturgo, poeta y
libretista. Hijo de Diego Calderón, escribano de Hacienda, y de María de Henao,
de familia hidalga santanderina. Su educación fue orientada para que ocupara
una capellanía fundada por su abuela materna, por lo que sería matriculado en
el Colegio Imperial de los jesuitas hasta los trece años, para proseguir en las
universidades de Alcalá de Henares y Salamanca, donde estudió Derecho. Sin
embargo, la muerte de su madre en 1610, la de su padre en 1615, y los problemas
testamentarios con la madrastra, revelan una infancia y juventud desapacibles
que culminarían en el abandono de la carrera y su regreso a la capital en 1620,
año en que, al igual que sus hermanos Diego y José, tuvo problemas económicos y
judiciales, al ser acusado de homicidio, poco antes de que compusiera sus
primeras obras poéticas y dramáticas…
RESUMEN DE LA OBRA: LA VIDA ES SUEÑO
Basilio, rey de Polonia, aficionado a la astrología,
consulta a los astros sobre el destino de su hijo Segismundo, que acaba de
nacer. Los astros predicen que el príncipe humillará a su padre y oprimirá a su
pueblo.
Para evitar el cumplimiento de este mal presagio, Basilio
decide encerrar a su hijo en una torre solitaria, situada en un lugar salvaje y
escondido.
Segismundo crece prisionero e ignorante de su condición de heredero
de un trono, pero un día el rey duda y se pregunta si los astros habrían tenido
razón.
Entonces ordena trasladar a palacio a Segismundo. El
príncipe se comporta como los astros habían predicho: ofende, atropella y mata:
y como consecuencia de ello es devuelto a la torre.
El pueblo se levanta en armas y lo
libera.
Cuando Segismundo vuelve a la corte para ocupar su trono, se
comporta como un gobernador prudente y justiciero.
De esta manera queda vencido el destino y se proclama el
triunfo de la libertad que permite al hombre elegir entre el bien y el mal.
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