FELIZ DÍA PAPÁ
Escribe: Humbert Romero Verano.
Parece ayer cuando ingresé presuroso al cuarto donde
agonizaba mi padre. Han pasado 18 años y aún no puedo borrar de mi mente su
mirada penetrada en el vacío, acompasada de gruesas lagrimas con olor a despedida.
Hijo – me dijo – sólo estaba esperando tu llegada, perdóname
por todos mis errores como padre y recuérdame como el amigo que quiso lo mejor
para ti.
Hoy que escribo, como aquella mañana fría en Huarmey, sigo
sintiendo sus palabras sinceras. Palabras de un padre que pretende aferrarse a
la vida, pero sobre todo aferrarse al amor de los hijos.
Mi padre biológico descansa en paz y yo rezo por él. Acudo a
su tumba para tener minutos de plática y
entender el amor de un padre, que muchas veces es tan fuerte y puro como el de
una propia madre.
Ahora; afortunadamente yo tengo un padre político que desde
mucho tiempo supo llenar el vacío dejado por papá. Él, Fidel Mena, es bueno,
noble y trabajó denodadamente para alimentarnos y educarnos. Luchó contra todo
pronóstico para asumir el reto de jefe de hogar.
Desafortunadamente el tiempo va marcándolo. Ahora noto en sus
manos huellas impregnadas por el trabajo rudo del campo. Su andar ya no es
igual. La escalera pretende ganarle el paso cuando él llega a casa.
Pero mi padre político tiene lo mejor. Goza del
reconocimiento y cariño de nosotros los 09 hermanos. Todos lo queremos por
igual, sin importar no tener su apellido, que eso en este caso no tiene valor.
Escribo en primera persona, para llegar a ustedes y dejar un
mensaje sobre el Día del Padre, que muchas veces quiere pasar desapercibo. No
debe ser así.
A nuestros padres hay que valorarlos, apoyarlos cuando estén
ancianos y darles nuestro cariño y respaldo cuando más lo necesiten.
El Papá es eso. Papá. Y merece nuestra gratitud y amor
¡FELIZ DÍA PAPÁ!
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