DIARIO PERÚ PRIMERO

DIARIO PERÚ PRIMERO
Director: Humbert Romero Verano.

viernes, 17 de junio de 2016

Semblanza con motivo del Día del Padre.

Guillermo Vargas, el hijo más querido de Sayán
Sus restos fueron sepultados en medio de un mar humano

Sayán.- Escribe: Humbert Romero Verano.
El fin de semana el distrito de Sayán izó su bandera a media asta en señal de duelo. Había dejado de existir uno de sus hijos más queridos y predilectos. Y el pueblo lloró sin cesar, porque ya no estará más el hombre de carisma y acento seguro que trataba a todos por igual.
Máximo Guillermo Vargas Torres, dejó de existir a los 77 años de edad, cuando la vida aún le sonreía y él pretendía aferrarse a éste mundo para seguir trabajando por los suyos, dejando la semilla de su ejemplo que algún día ha de germinar.

Su vida
Guillermo, nació en Sayán, provincia de Huaura. Sus padres fueron doña Clorinda Torres Trujillo y don Oswaldo Vargas Mena. De ellos aprendió a trabajar desde muy joven, aun cuando cursaba sus estudios de educación primaria, aprovechaba los fines de semana para vender frutas en el paradero del tren que llegaba hasta Maní. El pequeño Guillermo supo de trabajo y estudio como pocos; sudó la gota gorda para llevar la propina al colegio.
Más tarde estudiando la secundaria en la Institución Educativa emblemática Luis Fabio Xammar de Huacho,  comenzó a tomar en serio el negocio y emprendió vendiendo sus primeras baterías. Poco a poco fue convirtiéndose en un próspero comerciante en merito a su dedicación, esfuerzo y entrega. Recorrió montado en su pequeña bicicleta diversos pueblos de la serranía, en donde ofrecía baterías, máquinas de coser y otros objetos. Su negocio iba creciendo y él se hacía cada día más hombre, a pesar de su juventud.
Fundó su ferretería “San Jerónimo”, la misma que la convirtió en una de las pioneras del distrito y la provincia en general.
Conoció a la bella Judith Jaime, de quien se enamoró a primera vista, jurándole amor eterno en el altar. Con ella vivió hasta el último día de su vida.

Sus hijos

Don Guillermo Vargas y doña Judith Jaime tuvieron cuatro hijos: Janina, Guillermo, Gabriela y Vanessa. Además de sus nietos que él amaba como a sus propios hijos: Ronald y Camila.
Como padre fue el mejor hombre del mundo. No encontraremos en este mundo un hombre tan amoroso, carismático, trabajador, bromista y protector como nuestro Papá Guillermo. Afirma su hija Vanessa.
Ella termina afirmando que su padre siempre solía decir: “Cuando yo fui joven sufrí muchas necesidades y adversidades propias de la vida; pero ahora trabajo para que a mis hijos no les falte nada”:
Sus cuatro hijos han heredado su temple por el trabajo, amor filial y de ayuda al prójimo. Viven en el marco de la unidad pero bajo la bendición  y protección espiritual de su papá “Memo”.
Un buen día, Guillermo Vargas confesó entre sus amistades: Tengo tantas amistades y admiradores; pero como mis hijos no encuentro en este mundo, ellos son mis fieles amigos e hijos gratos como deben ser.
Efectivamente, sus hijos fueron sus grandes admiradores de su incansable y ejemplar labor de hombre de bien.
A nuestro padre, no sólo lo hemos querido como tal, sino que lo hemos admirado y vivido orgullosos de él; demostrándole en cada momento de nuestras vidas lo mucho que representó para la familia. Cada que le recordábamos, él se contentaba y solía abrazarnos en señal de felicidad. Culmina Vannesa. 

La comunidad




Guillermo Vargas fue un hombre muy comprometido con la problemática de la sociedad. Por ello fue uno de los primeros regidores de la municipalidad distrital de Sayán, cuando aquella encargatura era ad honorem y sólo los hombres más honorables de la ciudad eran designados para el cargo.
Fue, además, socio del Club Independiente, Buenos Aires y el Social de Sayán; socio del Club Tennis, Social y otros en la ciudad de Huacho.
Incansable colaborador con la gente del distrito de Sayán, pueblo que amó profundamente y dónde por su último deseo, descansan ahora sus restos mortales.
Así fue don Guillermo Vargas. Hombre de lucha, trabajo y esfuerzo por los demás. Hombre de ejemplo para las generaciones venideras. Hombre que deja un gran legado: Trabajo, emprendimiento y amor por su familia, su pueblo y la comunidad.
Descansa en paz, don Guillermo Vargas.  Y gracias por tus sabias enseñanzas. Tus hijos conservan tus hermosos recuerdos y anécdotas, tu pueblo añorará por los siglos de tu ausencia, mientras goces de la presencia del altísimo en el reino de Dios.

  






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