Editorial

 Revocatoria para congresistasEscribe: Humbert Romero Verano

Desafortunadamente, cada día que viene trae consigo un paso decisivo al descalabro de la política peruana, que nadie quisiéramos por el bien de la democracia, pero es inevitable el “aterrizaje” de este “avión” que antes se mostraba por los aires de manera imponente.

Como no evocar que en tiempos de antaño, ser congresista, ministro de Estado, funcionario público y/o alcalde, era un honor y sana envidia de muchos. Nuestras autoridades eran eso, autoridades. Ahora los tiempos han cambiado y con ello el concepto de la política se ha resquebrajado por obra y gracia de algunos personajes que no saben siquiera “barajarla”, como Alejandro Toledo, cuyos delitos son más evidentes que Perú no vaya al mundial de Brasil 2014. 

Qué podemos esperar de estos politiqueros de “pacotilla” que vienen manchando el nombre del país y trapeando la política peruana. Creo que ni una jornada de lavado de bandera cambiará esto.

Con congresistas que solo saben levantar la mano cuando su amo se lo ordena. Con padres de la patria que embarazan a sus empleadas, que roban luz, agua y hasta teléfono, con otros que andan buscando boletas en blanco para “justificar” gastos que nunca realizaron. Otros que la hacen del perfecto escudero o piquichón – al mejor estilo del Tulio Loza en sus tiempos mozos. Y algunos – lo peor – que no saben siquiera aún en donde están parados, presentando proyectos de ley “Chicha” que mejor la hubiese hecho Tongo. ¿Pena? Por el país, sí. 

Con jueces y fiscales cuyos sueldos bordean los 9,000 soles, sin embargo hacen añicos con la ley. Prevarican a diestra y siniestra favoreciendo a los que tienen más dinero. Por ello es ésta una de las instituciones del país, con menos credibilidad. ¿Pero qué credibilidad puede tener? Si todo se arregla con “Don Dinero”. “Dios nos coja confesados, por mi madrecita”, afirmó un día  “Chupaca”.

Pero qué podemos o qué se debe hacer al respecto. Es la pregunta del millón. Cerrar el congreso sería una fatalidad para nuestra deficiente democracia. Aunque seguramente muchos saldrían a las calles a celebrarlo. El tema es la ley, que lamentablemente estos conchudos la aprueban a su talla, peso y presión exacta. Que les afecte a tutilimundi, pero a ellos no. Sino veamos el tema de la famosa revocatoria, que la buscan y aprueban para todos, menos para los intocables Padres de la Patria.

Acaso la ley no debe ser igual para todos. ¡Por supuesto que sí! ¿Entonces es tiempo de buscar la igualdad, comenzando por aprobar una ley de revocatoria y no reelección para los señores congresistas de la República. Ojo que por ahí debe comenzarse a dar el ejemplo. Sería una buena señal de cambio en el país.

¿Por lo menos uno de ellos tendrá la valentía de presentar un proyecto de ley de esta naturaleza? O es que simplemente les gustó andar con saco y corbata, con los bolsillos llenos, con el colchón “apestando” a dinero sucio y sobre todo con el poder  a cuestas.
Afortunadamente, Manuel Zerillo me parece un hombre probo, hecho y derecho, de los tantos que conozco. Hace unos días me confió que se siente mal en el congreso. Noté que hasta pensaba en renunciar al partido de Ollanta Humala. Ojalá lo hiciera por el bien de su imagen y los electores que lo eligieron. Creo que sería él la persona adecuada para presentar este proyecto de ley. Revocatoria para los congresistas.  Siempre habrá alguien en quien confiar y espero que don Manuel nos de una señal que quiere retirarse por la puerta grande, como se lo merece.

Quiero terminar aclarando que no tengo nada contra los congresistas. Me resbala que ellos anden con carros nuevos, seguridad, chofer y tantas gollerías. Lo que si me molesta es la desigualdad con que ellos tratan a la población. ¿Acaso no es desigualdad y marginación aprobar una ley con nombre propio? Porqué no aprueban una ley de revocatoria en general, incluido para ellos.