Escribe: Humbert Romero Verano
Me causa pena cuando ahora todos los medios se refieren al ex presidente Alejandro Toledo. Pena digo porque fue él, supuestamente, una figura descollante y paladín de la lucha contra la corrupción. Quién no lo recuerda poniéndose la bincha y liderando a medio país para enfrentarse al peor gobierno de aquella época, al fujimontesinista.
Luego vinieron los problemas que todos conocemos. El tema Saraí, su esposa Eliane Karp, su “sobrinísimo” Koki, en fin. Mentiras tras mentiras que lo fueron envolviendo en marejadas por donde nunca podría salir.
Ahora está en el peor momento de su vida. Enfrentándose a la justicia, a todo un país que confío en él, con el riesgo que el propio EE.UU. le pueda quitar la visa, y a punto de encontrarse con Fujimori en los cuarteles de invierno más crueles de la vida, la cárcel.
Pero me pregunto mascándome los dientes. ¿Qué no era suficiente salir por la puerta grande y vivir del eterno sueldo de congresista, del que gozan los expresidentes? ¿Acaso no era suficiente vivir dictando cátedras en algunas universidades del mundo? ¿Acaso no fue suficiente ponerse la banda que representa a toda una Nación? ¡Ambición! Debe ser la mejor respuesta que encuentro en estos momentos.
Pero una desmedida ambición plagada de enfermizos negocios y cegado por la obtención y compra de propiedades que lo llevarán a la cárcel. No hay otra. Toledo debe terminar en la cárcel. De lo contrario la justicia y la clase política terminarán por sepultar su escasa credibilidad si es que aún les queda.
Pero la cosa no queda ahí. Ojo que el país va abriendo los ojos y poco a poco va entendiendo como se maneja esto de la política. De dónde viene don dinero. Y cómo es la repartija de los famosos “puntos”. Esta obra es tuya y la mía cómo es. “Son 10 puntos nada menos”. Saque usted su cuenta. Muchas veces no es amor al chancho sino a los chicharrones.
La corrupción ha logrado ganar ribetes insuperables que incluso hay municipalidades en donde hasta los tesoreros quieren la suya, los hombres de logística han aprendido demasiado. Los de la calle que hacen lobbies y entran y salen de los despachos y ministerios como Pedro en su casa. ¿Quien los para?
Toledo cae por una brutalidad propia de un ambicioso. Es vox pópuli que casi todos los gobernantes guardan su dinero “debajo del colchón”. Lo van sacando de a poco y lavándolos samaritanamente. No digo que él debió hacer lo mismo. Lo que afirmo es que el exgobernante debe tener mucho más y en grandes cantidades.
Ojala me equivoque, pero siento que el país, así como crece económicamente, va cayéndose a pedazos con el tema de la corrupción. Encontrar un político honesto, es como casi buscar una aguja en un pajar. Seguramente que lo hay, pero las grandes mayorías solo buscan sus intereses personales antes que de las del pueblo. Ojo que no estoy descubriendo nada nuevo ni mucho menos la pólvora, pero es bueno decirlo.
La cárcel para Toledo debe ser el ejemplo y ruta a seguir. Todos los que delinquen y enriquecen con el dinero de todos, deben terminar ahí, junto a Abimael Guzmán, porque también hacen terrorismo con el siempre sufrido pueblo.
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