Escribe: Humbert Romero Verano
Dicen que a las mujeres no deben topárseles ni con el pétalo de una rosa. Debe ser cierto, porque venimos al mundo de una mujer y vivimos en torno al amor de una mujer. Sin embargo, es necesario tocar el nombre de una mujer cuyo descubrimiento oficial de sus actividades fuera de la ley, dejan mal parado y quitan la mascara de muchas autoridades, especialmente de los congresistas de la República.
El nombre de la excongresistas Nancy Obregón pasa a convertirse en tristemente célebre. De parlamentaria a rea carcelaria. De defensora de los humildes y verdaderos cocaleros a traficante de drogas. De defensora del propio presidente Ollanta Humala a narcoterrorista. Qué pena por ella y nuestra política peruana.
Creo, sin embargo, que Nancy Obregón sólo es el hilo de la madeja de una organización delictiva y criminal que involucraría a muchos hombres que ahora se dicen honestos y, que deben investigarse.
Recuérdese que el propio Kenji Fujimori está en el limbo de la noticia por formar parte de empresas multimillonarias y que de no tener tantos “escuderos” en el parlamento, estaría sometido a la justicia por no tener como justificar tantos bienes. Pero igual, la justicia tarda pero llega.
Esto demuestra, sin temor a equivocarme, que este Parlamento Nacional está más podrido que cadáver de cincuenta años. Sino miremos más cerca. A nuestros congresistas de Lima Provincias. Todos cuestionados.
No hay pruebas, pero hay denuncias serias que están a punto de comprobarse contra el señor Elard Melgar, por ejemplo, quien estaría involucrado en el tráfico de terrenos en la provincia de Huaura. Medios periodísticos están formulando estas noticias a diario. A los otros se les cuestiona por la desmedida compra de terrenos y viviendas en la campiña huachana (La pesca no da para tanto, dicen); y a otro, por hacer lobbies con las grandes obras que se vienen ejecutando en parte de la región, buscando que beneficiarse personalmente. Parece que olvidaron su juramento y sólo piensan en asegurar el futuro de ellos y su entorno más cercano.
Y ojo que no estamos hablando de los expresidentes Fujimori, García y Toledo. El enriquecimiento ilícito de cada uno de ellos se ha hecho tan evidente que la población les viene quitando la confianza. Sólo los parlamentarios (Mejores escuderos de la historia del Perú), no quieren ver lo evidente. Ellos tienen cataratas en los ojos cuando les conviene y reciben órdenes de sus superiores, pero, eso sí, a cambio de algo. “Yo te doy tú me das”
Aún recuerdo a Ollanta en campaña prometiendo luchar contra la corrupción. Esa fue el arma para llegar a Palacio. Ahora lo sigue pronunciando. Da vergüenza escucharlo. Creo que le haría mucho bien quitarle aquella palabra en sus discursos posteriores.
La justicia tiene una ardua labor. Pero más trabajo tenemos todos y cada uno de los peruanos en participar democráticamente en los actos de gobierno. En no sufragar por sufragar en cada comicios electoral se presente. Recuerde que un voto futuro representa el futuro de la patria. No endosemos inmunidad a personas que no se merecen. No al “yo te doy tú me das”
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